Calendario de embarazo en la semana 23

Qué sucede con el bebé

En la semana 23 de embarazo, el bebé comienza a realizar movimientos respiratorios constantes (anteriormente lo hacía de manera episódica y con grandes intervalos). En este proceso, una pequeña cantidad de líquido amniótico entra en los pulmones, lo que contribuye a su maduración. Estos entrenamientos para la respiración autónoma ocurren con una frecuencia de 50-60 veces por minuto. De vez en cuando, los movimientos respiratorios se detienen durante 0,5-1 hora y luego se reanudan.
A veces, la ingestión de líquido amniótico provoca hipo en el bebé. Las futuras mamás sienten en el vientre ligeros espasmos rítmicos durante varios minutos.
El propio bebé ya pesa 607 g, alcanzando el tamaño de una berenjena – 29,7 cm
En el proceso de formación de nuevas células sanguíneas, para la semana 23 participan el hígado, la médula ósea, el bazo, los ganglios linfáticos y el timo (glándula timo). Para este momento, el páncreas comienza a funcionar activamente, sintetizando no solo enzimas del sistema digestivo, sino también insulina.

Qué sucede con la mamá

Para la semana 23 de embarazo, algunas mujeres notan que por las tardes sus piernas se hinchan y aparecen arañas vasculares. Estos pueden ser signos iniciales de varices, que surgen debido a un empeoramiento del flujo sanguíneo desde las piernas: el útero en crecimiento presiona más las venas de la pelvis. Así que la aparición de arañas vasculares es una razón para visitar al flebólogo.
Muchas futuras mamás notan que en esta etapa la frecuencia de la micción aumenta. La razón es que el útero en crecimiento presiona más la vejiga. Si sientes la necesidad constante de ir al baño, es recomendable limitar la cantidad de líquidos, especialmente por la noche. Tampoco se recomienda aguantar mucho tiempo cuando sientas la necesidad de orinar. Puedes ir al baño con una periodicidad de cada 3–3,5 horas. Pero si este proceso causa dolor, consulta al médico lo antes posible (esto puede ser una manifestación de cistitis).

Útero

Ahora se encuentra a una distancia de 4 cm por encima del nivel del ombligo. En este momento, ella comienza el entrenamiento prenatal, y debido a esto, la futura mamá puede sentir periódicamente ligeros dolores similares a contracciones, que se llaman así: contracciones de entrenamiento (falsas contracciones). Para aliviar las molestias, se puede recostar sobre el lado izquierdo. No hay que preocuparse si los dolores son esporádicos o duran un corto periodo de tiempo. Pero si no cesan durante varias horas o se intensifican, repitiéndose más de 5 veces en una hora, es necesario llamar al médico de inmediato.

El abdomen

va aumentando gradualmente de tamaño y provoca la distensión de la piel. Debido a esto, a menudo puede aparecer una erupción o picazón. Para evitarlo, es necesario mantener constantemente la elasticidad de la piel. Uno de los mejores hidratantes es el aceite de oliva, aunque también sirven otros productos cosméticos especiales. Además, puede aparecer o cambiar de color la línea que va desde el ombligo hacia abajo. La línea de color marrón se manifiesta en el vientre debido al aumento de la producción de melanina. Esto no debe causar preocupación, ya que desaparece después del parto.

Dolores

Ahora los dolores en la espalda y la zona lumbar pueden intensificarse debido al constante aumento de peso. También pueden aparecer sensaciones dolorosas en el área del abdomen. Pero no hay que asustarse: en este momento, tales sensaciones rara vez están relacionadas con algo peligroso. Normalmente, esto ocurre como resultado de la tensión muscular y se siente más durante movimientos bruscos. La futura mamá puede aliviar estos dolores con la ayuda de una faja prenatal. Además, no es recomendable caminar con tacones o dormir boca abajo.
Si aparecen calambres en las pantorrillas, esto puede indicar una falta de calcio en el cuerpo. En cuanto a los dolores de cabeza que te han estado molestando hasta ahora, es probable que desaparezcan para la semana 23.

Secreciones

La aparición de secreciones transparentes y acuosas ahora es normal y no debería causar preocupación. Sin embargo, si van acompañadas de dolor tirante o picazón, mal olor, enrojecimiento, hinchazón o problemas para orinar, lo más probable es que se trate de una infección que debe tratarse de inmediato. También es importante distinguir las secreciones normales de la fuga de líquido amniótico, lo cual debe ser motivo para acudir urgentemente al médico. Las secreciones sanguinolentas que pueden aparecer después de un examen ginecológico o de la intimidad no son tan peligrosas ahora, ya que el riesgo de interrupción del embarazo es significativamente menor que en las semanas anteriores del embarazo.

Examen médico

Médicos

  • La consulta con el obstetra-ginecólogo es necesaria si la embarazada presenta alguna queja.

Análisis

  • El análisis general de orina ayuda a detectar enfermedades renales y de la vejiga. A menudo, en este periodo, la orina de la mujer puede contener acetona, lo que indica un mal funcionamiento del hígado. También es necesario descartar la diabetes y la preeclampsia.

Exámenes

  • Ecografía, si no se ha realizado en la semana 22. El estudio se lleva a cabo para diagnosticar posibles complicaciones a tiempo y excluir amenazas potenciales. Durante la ecografía, el médico podrá evaluar cómo avanza el embarazo, examinar el tamaño y estado del útero, así como determinar la ubicación de la placenta. Y no te asustes si muestra que la placenta no está lo suficientemente alta, ya que más adelante puede subir. Y, por supuesto, si el bebé está en una posición favorable, ahora se puede conocer el sexo del pequeño, si por alguna razón no se pudo saber antes.

Dificultades durante el embarazo

En general, la semana 23 es un período bastante favorable para la futura mamá. Sin embargo, si experimentas alguno de los síntomas de nuestra lista a continuación, debes buscar atención médica de inmediato.

Desprendimiento de placenta

Los dolores en el abdomen y la espalda acompañados de sangrado pueden ser signos de desprendimiento de placenta. No obstante, si se acude al médico a tiempo, el tratamiento adecuado permite mantener el embarazo y llevar al bebé a término incluso con una gran área de desprendimiento.

Embarazo detenido

Cuando ocurre la interrupción del desarrollo y la muerte del bebé, esta patología sucede con mayor frecuencia durante el primer trimestre, pero el riesgo persiste en etapas más avanzadas. Detectar un embarazo detenido solo es posible durante un examen con el ginecólogo y al realizar una ecografía. Después de esto, para evitar procesos inflamatorios, se realiza un legrado.
Gracias a los exámenes podrás estar segura de que todo está bien con tu bebé. Si algo te preocupa o te inquieta, acude al médico de inmediato. Él realizará un examen, escuchará los latidos del corazón y, posiblemente, te dará una orden para una ecografía. Signos de alarma: dolor agudo en el abdomen, sangrado, deterioro del estado general, desmayo.
Posibles desviaciones de la norma:
  • hipertonía uterina;
  • diabetes gestacional;
  • várices.

Qué se puede y qué no se puede

La semana 23 de embarazo según el término obstétrico - mitad del II trimestre, 6º mes, 21 semanas desde la concepción aproximada. El feto está bastante bien formado, y en ausencia de patologías intrauterinas, la semana 23 se caracteriza por el desarrollo activo del sistema nervioso central y el cerebro. En comparación con el I trimestre, cuando el peso del cerebro es de 10 g, en la semana 23 el peso del órgano alcanza los 100 g.

Qué PUEDE hacer la futura mamá:

  • continuar tomando complejos vitamínicos - es necesario para el desarrollo normal del feto;
  • tener relaciones sexuales con su pareja si no hay contraindicaciones (embarazo complicado o múltiple, amenaza de aborto);
  • pasear al aire libre, hacer ejercicio con una carga física adecuada, practicar gimnasia respiratoria;
  • ir al cine, exposiciones, teatros;
  • trabajar - si no se siente mal, la mujer puede trabajar fácilmente hasta el permiso de maternidad, es importante evitar posiciones estáticas prolongadas;
  • tratarse si es necesario con medicamentos sintéticos y naturales - el tratamiento debe estar prescrito por especialistas.
El feto ya está bastante desarrollado, los riesgos de complicaciones y consecuencias negativas en un embarazo saludable en la semana 23 se reducen drásticamente. Se recomienda discutir permisos y prohibiciones con el especialista que lleva el seguimiento.

Qué NO DEBE hacer una futura mamá:

A pesar del bajo nivel de desarrollo de complicaciones, se recomienda a las mujeres en la semana 23 tener en cuenta su estado y seguir algunas restricciones:
  • eliminar ahumados, marinados, encurtidos, dulces, grasas y carcinógenos – una alimentación incorrecta aumenta los riesgos de complicaciones (diabetes gestacional, preeclampsia tardía, hinchazón, obesidad);
  • reducir la intensidad de las cargas físicas - es importante disminuir la presión sobre el suelo pélvico, el útero, y limitar los ejercicios de fuerza;
  • mantener reposo sexual si las relaciones sexuales causan dolor o molestias;
  • reducir el nivel de estrés - un entorno psicoemocional saludable facilita el curso del embarazo;
  • evitar viajes largos a grandes distancias en avión o tren.
Durante el embarazo, se debe prestar especial atención a la visita de lugares públicos. No se debe participar en eventos multitudinarios en períodos de alto riesgo epidemiológico, ni acudir a piscinas públicas o cuerpos de agua abiertos.

Alimentación adecuada

Como antes, la alimentación debe ser equilibrada y completa. La dieta debe incluir una cantidad suficiente de grasas, carbohidratos y proteínas (y la comida proteica debe predominar).
Las vitaminas son muy importantes, por lo que no olvides consumir frutas y verduras frescas diariamente. También es necesario mantener el nivel de hemoglobina en su rango normal y asegurar una ingesta diaria de calcio.
Es mejor evitar los alimentos picantes, fritos, ahumados y otros productos dañinos. También se debe reducir al mínimo el consumo de sal, dulces y productos de harina. Es imprescindible beber mucho líquido (al menos 1,5 litros al día). Además del agua, es beneficioso beber zumos naturales, jugos y compotas sin azúcar.
Idealmente, deberías:
  • adoptar una alimentación fraccionada: 5-6 veces al día, incluyendo tres comidas principales (desayuno, almuerzo, cena) y tentempiés;
  • limitar (o mejor aún, eliminar) las bebidas y productos ricos en cafeína (café, té, bebidas energéticas, chocolate, granos de cacao, cacao, Coca-Cola, mate). Esta sustancia también se encuentra en varios medicamentos (Citramon, Kofitsil), suplementos dietéticos (con extracto de guaraná) y productos cosméticos (exfoliantes de café, cremas con diversos extractos y aceites).
Durante todo el embarazo, las futuras mamás deben esforzarse por seguir una dieta saludable y completa, rica en nutrientes beneficiosos. Una opción excelente son los platos con mínima cocción, que conservan la mayor cantidad posible de nutrientes.

Necesidad de vitaminas y minerales

A las mujeres en la semana 23 se les recomienda enriquecer su dieta con vitaminas y minerales, controlar la calidad de los alimentos, y excluir productos agresivos que afectan el estado del tracto gastrointestinal. A mediados del segundo trimestre, es importante equilibrar la dieta, ya que esto es crucial no solo para el desarrollo del feto, sino también para prevenir complicaciones.

Vitamina A (retinol)

Contribuye a un aumento de peso normal, previene la anemia, y la dosis diaria recomendada es de 3000 UI al día. Se encuentra en el queso, productos lácteos fermentados, mariscos (especialmente ricos en retinol son las gambas reales y los mejillones), y pescado de mar. También se puede tomar vitamina A en cápsulas.

Vitamina B9

En la semana 23, al igual que en los meses siguientes, es el componente número uno. El ácido fólico asegura el desarrollo normal del sistema nervioso central y del cerebro. La dosis diaria recomendada es de 600-700 mcg. Alimentos ricos en vitamina B9: espinacas, hígado de pollo o ternera, corazones de caza, trigo sarraceno, avena, sémola de maíz, y quesos jóvenes.

Vitamina B1

Participa activamente en el metabolismo de grasas y carbohidratos, es necesario para la formación del tubo neural y del sistema nervioso central del feto, y para el aumento de la masa muscular. Se encuentra en abundancia en anacardos, almendras, pistachos, trigo sarraceno, col, tomates (variedad cherry, variedades de invernadero casero), calabacines y patisones.

Vitamina B2

Sirve más como transporte para minerales vitales: zinc, hierro, selenio, así como vitamina A. Es necesario para la formación de tejido conectivo-muscular, la normalización y el mantenimiento de una hemodinámica saludable. Se encuentra en huevos de ave, filete de pollo, pavo, carne de conejo, ternera, toda la verdura de hoja verde (espinacas, acedera, eneldo, perejil, cilantro), arroz y caldos a base de arroz.

Vitamina B3

Ayuda a formar una piel saludable en el feto, previene las estrías pronunciadas en la piel de la mujer embarazada. Al mismo tiempo, reduce el colesterol y tiene un efecto desintoxicante moderado. Se encuentra en patatas frescas, manzanas verdes, cebada perlada, trigo sarraceno, así como en germen de trigo.

Vitamina B5

Es necesaria para un metabolismo adecuado, la normalización de los procesos metabólicos gracias a su participación en el metabolismo de los carbohidratos. La vitamina previene el aumento del "colesterol malo"en el plasma sanguíneo. Se encuentra en guisantes, alubias, frijoles, lentejas, brócoli, nueces, pechuga de pollo.

Vitamina B7

Participa activamente en el metabolismo de las proteínas, regula el nivel de colesterol, y en la semana 23 previene patologías intrauterinas de la glándula tiroides. La biotina se encuentra en la levadura de cerveza, hígado de ternera o pollo, plátanos, leche entera (de cabra o vaca). Su influencia beneficiosa en el feto se debe a su participación en la síntesis de glucocinasa, lo cual es necesario para el desarrollo del tejido conectivo-muscular.

Vitamina C

Tiene un efecto inmunoestimulante y antioxidante pronunciado, y ejerce una acción desintoxicante moderada. La dosis diaria en la semana 23 es de 2-2,5 g al día. Se encuentra en limones, mandarinas, naranjas, acedera, ajo, kiwi, grosellas (rojas y negras), espino cerval de mar y bayas de escaramujo. El ácido ascórbico reduce los riesgos de complicaciones gestacionales.

Vitamina D3

Es producida por las glándulas suprarrenales, participa en la absorción del calcio, por lo que es necesaria para la maduración normal del sistema óseo. Tiene la particularidad de acumularse en los tejidos de los órganos internos, protegiendo al niño hasta los 3 meses de raquitismo y deformaciones óseas graves. Se encuentra en el aceite de hígado de bacalao, aceite de sésamo, caviar rojo, pescado marino, aunque para mayor comodidad se recomienda tomarla en gotas de farmacia a base de agua.

Vitamina E

La vitamina de la belleza y la salud de la piel para las mujeres, para el feto tiene un efecto beneficioso en la formación de tejidos saludables de los órganos del tracto respiratorio y los pulmones. La dosis diaria necesaria en la semana 23 es de 10-15 mg. En caso de deficiencia, aumenta el riesgo de hipoxia cerebral del feto. En altas concentraciones, el tocoferol se encuentra en todos los extractos y aceites vegetales (de espino cerval de mar, sésamo, girasol y oliva, y aceite de palma de calidad).

Vitamina K

Es necesaria para el desarrollo normal de los tejidos duros, esencial para el crecimiento normal del feto. Actúa como transporte de calcio y vitamina D, por lo que se incluyen en la dieta verduras de hoja verde (perejil, cilantro, eneldo, rúcula), nueces de pino o nueces, higos frescos o secos, albaricoques secos, ciruelas pasas, pasas blancas, kiwi, grosellas, plátanos.

Vitamina P

Se refiere a los bioflavonoides naturales, tiene un efecto desintoxicante, antioxidante y antiinflamatorio. En la semana 23 se deben consumir 30-45 mg, ya que la sustancia tiene un efecto beneficioso en la formación del cerebro, la corteza cerebral, y mitiga las reacciones alérgicas agudas al inhibir la síntesis de histamina. Se encuentra en ciruelas negras maduras, tomates, cebollas, granos de cacao, espárragos, apio.

Hierro

Un oligoelemento esencial de la sangre, sin el cual rápidamente se desarrolla hipoxia cerebral y fallo orgánico debido a la falta de oxígeno en la sangre. Teniendo en cuenta que el volumen de sangre en el cuerpo de una mujer embarazada aumenta casi en un tercio, se recomienda tomar al menos 30 mg de hierro. Una sobredosis puede llevar a consecuencias que amenazan la vida, esto se aplica más a los medicamentos y suplementos dietéticos. El problema de la anemia radica en la absorción incompleta del hierro de los alimentos en casos de avitaminosis y falta de disciplina alimentaria. El hierro se encuentra en el trigo sarraceno con leche, manzanas, hígado de pollo y de res, granadas.

Yodo

- fuente de salud para la glándula tiroides. En la semana 23 se debe respetar una dosis diaria de 300 mg, especialmente en las regiones del norte. Para mayor comodidad, se recomienda el uso de medicamentos de farmacia, sin embargo, el yodo se obtiene de algas marinas, soja, espárragos, mariscos y aceite de pescado.

Selenio

Es necesario para el funcionamiento normal del sistema nervioso central y el sistema cardiovascular, lo cual es especialmente importante en la semana 23 de embarazo. Al mismo tiempo, se fortalece el tejido conectivo y muscular. Se encuentra en las semillas de calabaza, girasol, frijoles, gachas de maíz, hígado de bacalao y atún, filete de pescado marino.

Cobre

La dosis diaria es de 1,5 mg, y durante la lactancia natural es de 2-2,5 mg. Este microelemento participa en los procesos de hemodinámica, en el funcionamiento normal del sistema cardiovascular y fortalece la piel. El cobre participa activamente en la absorción del hierro y en el aumento de la hemoglobina. Se encuentra en los albaricoques secos, las pasas blancas y negras, los higos, el jugo de remolacha (de remolacha fresca o cocida) y las patatas jóvenes.

Calcio

Es necesario para la formación de tejidos duros saludables en el feto y para prevenir la periodontitis en la mujer embarazada. Se encuentra en el requesón, el kéfir, la cáscara de huevo cocida y triturada en polvo, y la nata agria. Si hay una mala absorción, el calcio se combina con la vitamina D3. La dosis diaria es de 500 mg, y es necesario mantener el consumo de calcio hasta el final de la lactancia.

Magnesio

Es esencial para el crecimiento normal del feto y para prevenir anomalías y defectos en el desarrollo intrauterino de los riñones y los órganos del sistema hepatobiliar. En la semana 23, la falta de magnesio sienta las bases para el desarrollo de la preeclampsia, la insuficiencia multiorgánica de la madre y el feto, y la hipoxia intrauterina. Se encuentra en las semillas de sésamo, el cilantro, el arroz, las hojas de lechuga de diversas variedades, las lentejas, los frijoles y las judías. La dosis diaria no debe superar los 500 mg.

Zinc

El componente mineral participa en los procesos de osteogénesis, crecimiento y desarrollo del feto, sin él es imposible la función completa de los órganos hematopoyéticos. Se requieren hasta 15 mg de la sustancia al día. Son útiles las semillas de calabaza secas, los brotes de trigo, las yemas de huevo de gallina y codorniz, los cocos y la leche de coco.

Fósforo

Participa en la regulación del equilibrio ácido-base en el estómago de la mujer embarazada, contribuye a la formación normal de los huesos y del tejido conectivo-muscular. Tiene un efecto beneficioso en la función del hígado y del páncreas del feto. Se requieren al menos 1500 mg del microelemento al día. El fósforo se encuentra en los frutos secos y nueces, frutas confitadas, tomates, plátanos, kiwis, granadas, frambuesas, y en la papilla de trigo sarraceno.

Sodio

Activa el intercambio intercelular, normaliza la función de los riñones y la corteza suprarrenal, que sintetizan la vitamina D3. El sodio regula la presión osmótica, en la semana 23 participa activamente en la formación de un sistema nervioso saludable. La norma diaria es de 500 mg, el exceso provoca edemas en la mujer embarazada. Se encuentra en el pan, la sal, los quesos jóvenes, y en el pescado de río y mar (halibut, chum, caballa).

Silicio

La sustancia aumenta la inmunidad, previene infecciones, reduce el riesgo de nefropatías diabéticas en mujeres. El mineral tiene una acción antioxidante moderada, ayuda a mantener los dientes y el cabello de la mujer. Se encuentra en espárragos, grosellas y frambuesas, piñas, aguacates, frijoles, guisantes frescos. La dosis diaria no debe exceder los 50 mg.

Cobalto

Su actividad se mantiene solo en forma de vitamina B12. El microelemento normaliza la función de los órganos hematopoyéticos, participa en el transporte de ferritina, hierro, y aumenta el nivel de hemoglobina en la sangre. La dosis diaria para embarazadas en la semana 23 es de 45 mcg. Se encuentra en pechuga de pollo, hígado de ave, carne de conejo, uvas blancas, carne de res, mantequilla de cacahuete.

Cromo

Mejora la absorción de grasas, proteínas, y participa en el metabolismo de los carbohidratos. Previene los riesgos de diabetes gestacional en embarazadas, normaliza el equilibrio hídrico-electrolítico. Se encuentra en uvas, carne de ternera, cordero, quesos jóvenes, queso feta.
La absorción y asimilación normal de todos los microelementos y minerales necesarios requiere su consumo diario adecuado. Una alimentación equilibrada permite prevenir la avitaminosis, sin embargo, para mejorar la hemodinámica y la composición de la sangre es necesario tomar suplementos dietéticos y vitaminas sintéticas.
¡Importante! Elija un complejo multivitamínico según la recomendación de su obstetra-ginecólogo.

Consejos útiles

Si por la tarde empiezas a notar que se te hinchan las piernas, es recomendable que consultes con un médico flebólogo. Al llegar a casa, recuéstate un rato con las piernas elevadas. Puedes poner una almohada bajo las rodillas o apoyar las piernas en el respaldo del sofá.
También realiza ejercicios específicos para las piernas, esto mejorará el flujo sanguíneo. Por ejemplo, estando de pie, sube y baja sobre las puntas de los pies, levántate del asiento apoyándote en los talones, etc.
Cada semana de embarazo trae consigo más síntomas molestos para la mujer: dolores de espalda, hinchazón de piernas, calambres en las pantorrillas... Si después de un día de trabajo el futuro papá puede hacer un masaje relajante, su pareja se lo agradecerá mucho. Aquí tienes algunos consejos sencillos:
  • Masaje de hombros y espalda – haz movimientos circulares, frotando suavemente la crema de masaje con las palmas. Es mejor si la futura mamá está de rodillas en el sofá o sentada, dándote la espalda. Presta especial atención a la zona lumbar.
  • Masaje en la zona de las pantorrillas – frota los músculos con cuidado, presionando un poco pero sin pasarte, para restaurar la circulación sanguínea y relajar el cuerpo.
  • Termina el masaje con caricias suaves.

Ejercicios para futuras mamás

La actividad física es necesaria para la futura mamá para sentirse mejor y prepararse para el parto. Junto con el médico, podrás elegir una carga aceptable para ti. Es mejor optar por caminar, incluyendo en máquinas elípticas, nadar y programas especiales diseñados para futuras mamás.
En cambio, es mejor evitar correr y otros ejercicios de impacto: pueden causar un aumento brusco de la presión arterial, lo cual no es recomendable para la futura mamá.
También se recomienda dar preferencia al trabajo con el propio peso, aliviar la tensión general y fortalecer los músculos del suelo pélvico (para prepararse para el parto). Y tener cuidado con los ejercicios en posición supina, como las torsiones y la carga en la zona pélvica y abdominal.

Malestares durante el embarazo

Durante el embarazo, el sistema inmunológico de la futura madre está debilitado, por lo que se da una importancia especial a la prevención de enfermedades, especialmente en la temporada de resfriados.

Enfermedades respiratorias agudas

Las infecciones respiratorias agudas (IRA) y las enfermedades respiratorias agudas (ERA) se acompañan de fiebre, tos, congestión nasal y dolor de garganta. En cuanto tengas la oportunidad, consulta a un médico que te examinará y te prescribirá el tratamiento adecuado. También se recomienda beber abundante líquido, hacer gárgaras con una solución de bicarbonato de sodio y sal con manzanilla, realizar inhalaciones en caso de tos y usar agua de mar o una solución salina suave para la congestión nasal. Para bajar la fiebre, el paracetamol o los antipiréticos infantiles, seguros para futuras mamás y bebés, pueden ser de ayuda.

Acidez

A medida que el útero crece, desplaza los órganos de la cavidad abdominal, provocando acidez y dificultad para respirar en las mujeres. El médico tratante puede ayudar a ajustar la dieta y recomendar formas de aliviar estos síntomas desagradables. Queremos señalar de inmediato: el trastorno no es peligroso para el bebé, pero causa una sensación de incomodidad en la madre.

Estreñimiento

El útero en crecimiento comienza gradualmente a ejercer presión sobre el intestino: algunas futuras mamás pueden experimentar dificultades para evacuar. Los médicos recomiendan en estos casos ajustar la dieta y aumentar la actividad física.

Candidiasis

La candidiasis es una enfermedad fúngica que generalmente aparece debido a una disminución del sistema inmunológico y cambios hormonales, así como después de una exposición al frío. Síntomas: secreciones vaginales con aspecto de requesón y un olor ácido desagradable, a veces acompañadas de picazón y ardor en la parte baja del abdomen. Es tratable y seguro para el bebé. ¡Es imprescindible completar el tratamiento antes del parto!

Várices

Los cambios hormonales, el aumento de peso (semana tras semana) y el creciente volumen de sangre en el cuerpo de la futura mamá pueden afectar negativamente el estado de sus vasos sanguíneos: en las piernas aparece una sensación de pesadez, ardor, se hacen visibles las arañas vasculares, debido a que la sangre se acumula en las partes inferiores de las extremidades. La enfermedad empeora el estado de la futura mamá, por lo que es necesario un tratamiento rápido tras consultar con un flebólogo.

Lista de verificación

  1. visitar al ginecólogo-obstetra si tienes preguntas o síntomas que te preocupan
  2. dejar los malos hábitos, evitando también el tabaquismo pasivo
  3. ampliar tu guardarropa con ropa cómoda para embarazadas
  4. beber entre 8 y 12 vasos de agua al día
  5. continuar tomando el complejo de vitaminas especial recetado por el médico
  6. asistir a masajes para embarazadas para aliviar el malestar general
  7. evitar el calzado de tacón alto (para prevenir varices, lesiones en tendones y ligamentos, y evitar caídas)
  8. controlar el aumento de peso (pesarse por la mañana, en ayunas, con un pijama ligero y no más de una vez a la semana; es mejor anotar los resultados)
  9. añadir a tu dieta manzanas, kiwis, piña, yogur natural y leche caliente si tienes acidez
  10. adquirir ropa interior/compression stockings (especialmente si tienes un vuelo próximo).

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