Calendario de embarazo en la semana 13

Qué sucede con el bebé

La semana 13 de embarazo ya es un tercio del camino recorrido por el bebé. En este tiempo, el feto crece activamente y se forman los órganos internos que se habían empezado a desarrollar anteriormente. En esta etapa, el pequeño ya alcanza los ocho centímetros de longitud y su peso es de aproximadamente 25 gramos. La nutrición del bebé es proporcionada por la placenta, que pesa un poco más que el bebé, alrededor de 30 gramos.
En la semana 13, la cabeza del bebé representa un tercio de su cuerpo, por lo que no hay que preocuparse en la próxima ecografía. Más adelante, el cuerpo comenzará a adquirir proporciones correctas. El bebé se mueve y se desplaza activamente en el líquido amniótico, aunque la madre aún no siente estos movimientos.
La musculatura facial del bebé trabaja activamente:
  • el pequeño se chupa el dedo;
  • frunce el ceño;
  • bosteza;
  • sonríe.
Los movimientos de las manos son cada vez más activos. El bebé es capaz de distinguir el sabor y el olor de la comida que come la madre, así como de escuchar todo lo que ocurre en el entorno. El rostro adquiere rasgos individuales.
El corazón del bebé funciona perfectamente y en un día bombea 23 litros de sangre. La piel aún tiene un tono claro, a través del cual se pueden ver los vasos sanguíneos e incluso los órganos internos. En el bazo y el hígado se forman células sanguíneas, y el páncreas ya produce insulina, almacenándola en depósitos.
En la semana 13, los órganos sexuales del feto se vuelven cada vez más definidos. En el organismo femenino ya hay alrededor de 2 millones de óvulos, y en los niños se ha formado la próstata. Además de la formación de los órganos internos, el esqueleto no se queda atrás en su desarrollo. Ya en esta etapa se pueden notar dos costillas claramente prominentes, y se produce el desarrollo de huesos pequeños. En la mandíbula están presentes 20 dientes de leche, cuyo crecimiento comenzará después del nacimiento.

Qué sucede con la mamá

El embarazo en la semana 13 trae a las mamás un alivio muy esperado: las náuseas matutinas ya han disminuido y el vientre aún no es tan grande como para molestar. La mayoría de los parámetros han vuelto a la normalidad, pero aún persisten algunas sensaciones específicas.

Cambios en el útero

El tamaño del útero en la semana 13 aumenta significativamente, en volumen ya llena su zona fisiológica e incluso se eleva más arriba. El ginecólogo palpa cuidadosamente el órgano para medir la altura del fondo uterino. En centímetros, este parámetro es igual al número de semanas de gestación, por lo que en la semana 13 la altura del fondo uterino es de 13 cm. El ancho del órgano es de aproximadamente 10 cm.
El órgano es fácil de palpar, especialmente en mujeres con complexión asténica. Los parámetros establecidos se registran meticulosamente en la ficha de la embarazada, ya que en cada consulta el médico debe observar un aumento en el indicador, lo que indica un desarrollo normal del embarazo y el crecimiento del feto. El vientre de la mamá también aumenta notablemente: se vuelve más redondo y sobresale hacia adelante. Con una musculatura abdominal bien desarrollada, el vientre es menos visible.

Urgencia para orinar

A medida que el útero aumenta de tamaño cada día, comprime la vejiga y las ganas de ir al baño se vuelven más frecuentes. También se incrementa la micción debido al cambio en el equilibrio hormonal, el aumento del volumen de sangre circulante y la necesidad de líquidos. Si la micción no va acompañada de dolor y escozor, no hay de qué preocuparse: son solo efectos secundarios del embarazo.

Dolor en la parte baja del abdomen

La semana 13 del embarazo a menudo está asociada con un aumento del tono uterino. Normalmente, este estado no dura mucho y la condición de la mujer se normaliza, pero durante este tiempo ella siente una molestia tirante en la parte baja del abdomen, un dolor sordo. Estas sensaciones desagradables también son provocadas por el crecimiento excesivo del útero, el estiramiento de sus tejidos y ligamentos. El malestar aparece no solo en el abdomen, sino también en los lados y en la zona lumbar. En este caso, no hay que desesperarse: la madre debe acostarse y descansar, cambiar de posición en el trabajo y caminar un poco. Si aparecen secreciones sanguinolentas, se recomienda acudir al médico de inmediato.

Dolor de cabeza

Bajo la influencia del cambio en el equilibrio hormonal, la salud de la mujer se vuelve inestable y ella es cada vez más susceptible al estrés y al agotamiento. Esto puede causar dolores de cabeza, debilidad, somnolencia y falta de energía. Si el dolor de cabeza está relacionado con síntomas de una infección respiratoria aguda, es necesario consultar a un médico.

Molestias en la espalda

Las sensaciones de tirantez en la espalda son completamente normales en la semana 13 del embarazo. En este momento, el útero se está agrandando y el cuerpo produce la hormona relaxina, que suaviza los ligamentos y tendones. La carga adicional en la espalda inevitablemente se manifiesta con dolor. En este caso, la mujer debería hacerse un pequeño masaje sin mucha presión en la espalda para relajar los músculos. Se debe estar alerta y consultar al médico si aparece sangrado, fuertes espasmos en la parte baja del abdomen, fiebre alta, escalofríos y dolor en la zona de los riñones. Este estado puede indicar un aborto espontáneo o patologías del tracto urinario (pielonefritis, nefritis, cálculos renales, etc.).

Sensaciones en el pecho

En la semana 13 no se producen cambios significativos en las glándulas mamarias en comparación con el período anterior. El pecho sigue sintiéndose más grande, dolorido y sensible al tacto. Las glándulas mamarias, bajo la influencia del entorno hormonal, continúan preparándose para la lactancia.

Hinchazón

La retención de agua en el cuerpo ocurre bajo la influencia de los cambios hormonales. También influye la mayor carga sobre los riñones, ya que la mujer necesita aumentar el consumo de agua para satisfacer las necesidades de ella y del bebé.

Hiperhidrosis

La sudoración excesiva también está relacionada con una circulación imperfecta del agua en el organismo. El cuerpo de la madre intenta deshacerse del agua no solo mediante frecuentes visitas al baño, sino también expulsándola a través de las glándulas sudoríparas. Las mujeres suelen sufrir más por las noches, cuando la cantidad de sudor aumenta. Los médicos recomiendan durante este período cuidar meticulosamente la piel para no provocar sarpullidos, tomar duchas a tiempo y evitar el uso de productos cosméticos como jabón o gel de ducha, siendo preferible utilizar infusiones de hierbas.

Secreciones vaginales

La semana 13 del embarazo está asociada con un aumento de las secreciones vaginales normales. Esto se debe al fondo hormonal, que influye en la producción de moco y la renovación de las paredes vaginales. Externamente, las secreciones tienen una consistencia viscosa, en su mayoría transparentes, aunque también pueden ser de color blanco.

No hay olor desagradable

Si las secreciones cambian de carácter, adquieren un olor ácido característico, cambian de color o tienen una mezcla de sangre, en este caso es necesario acudir al médico. En caso de malestar, ardor o picazón, el médico sospechará una infección vaginal, realizará los análisis necesarios y prescribirá un tratamiento seguro.

Falta de aire

La aparición de la disnea no ocurre en todas las embarazadas, pero algunas mujeres con un abdomen grande, si el embarazo es múltiple, pueden sufrir disnea. No hay nada de qué preocuparse si la disnea no va acompañada de sensación de asfixia o malestar en el pecho. En este caso, tiene sentido acudir al médico de cabecera y puede ser necesaria una consulta con el cardiólogo.

Hipertermia

El aumento de la temperatura corporal en mujeres embarazadas no es raro, pero generalmente los valores se mantienen dentro de los límites del estado subfebril. Si no hay signos de infecciones respiratorias agudas u otras enfermedades, no hay dolor de espalda ni espasmos en la parte baja del abdomen, no hay de qué preocuparse: la temperatura se normalizará con el tiempo. Si aparecen signos de resfriado u otras enfermedades graves, es necesario acudir a la clínica.

Oleada de energía, mayor actividad

Como el malestar matutino ya ha desaparecido y no la molesta, el nivel de hormonas ha aumentado pero es estable, el estado de la embarazada mejora significativamente. Se despierta el llamado "síndrome del anidamiento": la madre empieza a fijarse en cosas para el bebé, le vienen ideas de hacer reformas, preparar la habitación del niño. Muchas embarazadas en este periodo tienen energía y vitalidad de sobra.

Percepción de olores y alimentos

La toxicosis y la hipersensibilidad a los olores disminuyen significativamente hacia la semana 13, y muchas mujeres se sienten bastante normales. Los síntomas de la toxicosis persisten en las embarazadas que llevan gemelos, pero también desaparecen pronto.

Aumento del apetito

Normalmente, con la desaparición de la toxicosis, el apetito de las mujeres mejora. Controlarlo no siempre es fácil, pero comer en exceso está totalmente prohibido. Comer por dos es una regla anticuada que solo lleva a ganar peso y a complicaciones en el proceso de parto. No todas logran perder el peso extra después del embarazo. Con una dieta de 2500 kcal, una mujer puede satisfacer sus necesidades y las del bebé. Si tienes ganas de comer algo, evita los carbohidratos de rápida absorción; es mejor comer una fruta rica en vitaminas o un puñado de frutos secos.

Problemas con la piel y el cabello

Los cambios hormonales afectan inevitablemente el estado de la piel y el cabello. En cada mujer se manifiesta de manera diferente: sequedad excesiva o grasa en las glándulas sebáceas. En la mayoría de los casos, las secreciones de las glándulas sebáceas aumentan, por lo que durante el embarazo las mujeres sufren de acné. Se puede lidiar con el problema con los productos habituales contra el acné, por lo que es necesario consultar a un dermatólogo para que recete medicamentos seguros durante el embarazo.

Aumento excesivo de peso

En 13 semanas de gestación, el peso de una mujer embarazada aumenta en promedio entre 5 y 7 kg. Los médicos controlan el peso y lo registran en cada visita. Si la madre supera el límite, el médico le recomendará días de dieta, durante los cuales la mujer debe alimentarse adecuadamente, pero principalmente con alimentos ricos en proteínas o fibra. También se puede reducir el peso eliminando los edemas, un factor al que el médico también prestará atención.

Desarrollo de gemelos

El embarazo de gemelos es diferente para la madre. Algunas mujeres incluso en la semana 13 todavía tienen signos de toxicosis, y los cambios de humor ocurren con más frecuencia, todo debido a los cambios hormonales. Por lo general, al comienzo del segundo trimestre, estas sensaciones desaparecen. Sin embargo, los bebés en el vientre se desarrollan normalmente y la toxicosis solo afecta a la madre.
Los pequeños tienen órganos internos formados, que se desarrollan y se complican. Los niños son un poco más pequeños que en un embarazo único, alrededor de 7-7,2 cm. No hay que preocuparse, es completamente normal que los pequeños no alcancen el mismo tamaño y peso, después del nacimiento recuperarán todo.
Al realizar una ecografía en este momento, puede descubrirse que un feto es más grande que el otro. En este caso, si la diferencia es pequeña, no hay que preocuparse, esto siempre sucede, simplemente uno de los bebés tiene mejor alimentación de la placenta, pero el otro también recibe suficientes nutrientes para su desarrollo. Si la diferencia de peso es grande, el médico investigará la situación en detalle y dará sus recomendaciones.

Examen médico

El monitoreo constante de las embarazadas requiere que en la semana 13 la madre se someta a una serie de análisis, una ecografía de cribado y visitas a varios médicos.

Médicos

  • médico de cabecera – realiza un examen general de la mujer, detecta enfermedades crónicas y asesora sobre la toma de medicamentos seguros para el bebé;
  • dentista – el médico examina la cavidad bucal y, si es necesario, planifica el tratamiento dental;
  • otorrinolaringólogo – el doctor detecta la presencia de infecciones agudas o crónicas que complican el curso del embarazo;
  • cardiólogo – evalúa el estado del sistema cardiovascular, ya que durante el embarazo pueden manifestarse patologías latentes;
  • endocrinólogo – evalúa el estado hormonal de la mujer y, si es necesario, prescribe medicamentos para corregir el equilibrio hormonal.

Análisis

  • análisis de sangre;
  • prueba de nivel de azúcar;
  • análisis de enfermedades venéreas – sífilis, SIDA, etc.;
  • determinación del grupo sanguíneo y del factor Rh;
  • análisis de orina (según Nechiporenko);
  • cribado genético;
  • frotis para infecciones urogenitales.

Procedimientos

  • La ecografía es el primer examen programado con ultrasonido después de la inscripción, este examen es obligatorio en esta etapa;
  • La amniocentesis es la extracción de líquido amniótico, se realiza según las indicaciones para las pacientes del grupo de riesgo.

Dificultades en el embarazo

En la semana 13, el embrión ya está formado y crece activamente, pero aún existe la amenaza de interrupción del embarazo si aparecen desviaciones serias en el desarrollo del feto o del organismo materno.

Aborto espontáneo

En esta etapa, el riesgo de aborto espontáneo disminuye significativamente en comparación con el tiempo anterior, pero la madre no debe ser demasiado despreocupada: se puede perder al bebé incluso en la semana 13. Las causas del aborto espontáneo en una etapa avanzada incluyen traumatismos abdominales, la ingesta de medicamentos teratogénicos, estrés extremo, consumo de alcohol, drogas y tabaco. Es importante proteger a la futura madre de estos factores externos para que pueda llevar a término el embarazo con éxito.
También hay causas internas que influyen en el rechazo del feto. Entre ellas se encuentran las enfermedades infecciosas de la madre, anomalías en el desarrollo del feto o una estructura uterina incorrecta. Ante la aparición de sangrado y fuertes dolores en la parte baja del abdomen, es necesario acudir inmediatamente a la clínica. Además, el aborto espontáneo puede ocurrir debido a un tono uterino elevado. Esto generalmente es causado por un desequilibrio de progesterona, por lo que el médico controlará los niveles hormonales y, si es necesario, prescribirá una terapia de apoyo.

Candidiasis

Durante el embarazo, el equilibrio hormonal cambia significativamente, lo que inevitablemente afecta la microflora vaginal. Si las bacterias cándida predominan y no son controladas por la microflora normal, en la semana 13 de gestación, la embarazada corre el riesgo de padecer candidiasis.
La enfermedad se manifiesta con secreciones vaginales características de aspecto similar al requesón, picor y ardor en la zona del perineo, y dolor al orinar. Aparece un olor característico a ácido láctico. El diagnóstico definitivo se confirma mediante el análisis de una muestra en el laboratorio. El peligro de la candidiasis radica en que la mucosa se ve afectada y durante el parto pueden producirse desgarros en algunas áreas. Para evitar esto, la embarazada debe realizar una prevención de la candidiasis, cuidar su alimentación y mantener una buena higiene.

Fuga de líquido amniótico

La fuga de líquido amniótico no debería ocurrir en ninguna etapa del embarazo, pero a menudo es en la semana 13 cuando se asocia con esta patología. La causa de la fuga de líquido suele ser un proceso inflamatorio, pero también puede aparecer debido a la insuficiencia istmico-cervical, como resultado de lesiones o una estructura anormal del útero.
Cuando hay fuga de líquido, las mujeres notan secreciones transparentes de volumen considerable con un ligero olor dulce. A veces, el líquido puede ser turbio o contener trazas de sangre. La presencia de líquido se puede determinar mediante una prueba especial que se adquiere en la farmacia.
En este caso, es necesario acudir inmediatamente a la clínica – con una terapia oportuna hay posibilidad de conservar el embarazo, generalmente se tendrá que pasar algún tiempo en el hospital para mantenerlo.

Desprendimiento de la placenta

A las 13 semanas puede ocurrir un desprendimiento de la placenta, lo cual está relacionado con el desarrollo directo del feto y aumenta el riesgo de aborto, así como la mortalidad intrauterina. En el desprendimiento de la placenta de la pared del útero, se produce su separación completa o parcial. Como resultado, el niño recibe una menor cantidad de oxígeno y nutrientes. Con un pequeño desprendimiento en la semana 13, hay una gran posibilidad de conservar el embarazo si se acude a la clínica a tiempo.
La causa del desprendimiento puede ser la isquemia fetal, el aumento de la presión arterial, el polihidramnios, un trauma abdominal, la vasculitis y otras patologías. También juega un papel el factor de la edad – el desprendimiento se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres de edad avanzada. Detectar el desprendimiento del feto no es difícil – aparece sangrado vaginal, dolor en la parte baja del abdomen, y al presionar el abdomen, el órgano responde con un dolor agudo.
Cuando se produce un desprendimiento de placenta en la semana 13, los médicos intentan mantener el embarazo, ya que un parto prematuro es imposible, pero si los indicadores de salud de la madre son normales, hay una posibilidad de salvar al feto. En este caso, la mujer es hospitalizada, se le prescribe reposo absoluto y una serie de medicamentos. En algunos casos, no se mantiene el embarazo si hay indicaciones para ello.

Qué se puede y qué no se puede

En la semana 13 aparecen nuevas prohibiciones y restricciones sobre lo que una mujer no puede hacer, pero también hay aspectos positivos: muchas alegrías habituales ya están disponibles. El final del primer trimestre es significativamente diferente de las primeras semanas de gestación:

Qué PUEDE hacer la futura mamá:

  • alimentarse de la manera más variada posible con alimentos ricos en fibra para evitar el estreñimiento;
  • dar paseos por la tarde para dormir mejor;
  • cuidar la piel, frotando mezclas oleosas para prevenir la aparición de estrías;
  • controlar su peso llevando un diario de embarazo;
  • apuntarse a clases de yoga para embarazadas, lo cual ayudará a fortalecer el organismo;
  • sustituir los entrenamientos en el gimnasio por fitness para embarazadas;
  • cumplir estrictamente las normas de higiene: lavarse las manos, no acariciar animales, etc.;
  • elegir cosméticos naturales e hipoalergénicos;
  • realizar trabajos en la producción sin riesgo para la salud del bebé, por lo que en trabajos peligrosos debe trasladarse a tareas más ligeras;
  • elegir calzado cómodo para no sobrecargar el sistema musculoesquelético;
  • dormir al menos 8-9 horas diarias;
  • elegir ropa holgada que no restrinja los movimientos;
  • cuidar de la ropa interior especial para embarazadas y adquirir los conjuntos necesarios;
  • colocar un humidificador en la habitación para no sufrir sequedad en las mucosas;
  • realizar días de desintoxicación si el peso supera lo normal;
  • ajustar el régimen de bebida para evitar edemas;
  • mantener relaciones sexuales con la pareja si el médico no lo prohíbe;
  • comer suficiente comida rica en proteínas, que es una fuente de energía para la madre y el bebé;
  • hacer ejercicios de Kegel para prepararse para el nacimiento del bebé;
  • apuntarse a la piscina y nadar;
  • incluir en la dieta productos de temporada, ricos en vitaminas y minerales;
  • realizar prevención de las hemorroides;
  • aprender métodos seguros y saludables de preparación de alimentos.

Lo que NO DEBE hacer una futura mamá:

  • tener hábitos perjudiciales – fumar, beber bebidas alcohólicas;
  • realizar entrenamientos de fuerza en el gimnasio, levantar peso, hacer ejercicios cardiovasculares complejos;
  • estar en lugares con gran aglomeración de gente para no contagiarse de infecciones transmitidas por el aire;
  • tener relaciones sexuales si hay riesgo de embarazo;
  • volar en avión si hay patologías cardiovasculares;
  • evitar alimentos difíciles de digerir, renunciar a productos crudos;
  • beber huevos crudos, ya que existe un gran riesgo de contraer salmonelosis;
  • hacerse una radiografía (excepto en casos extremos);
  • comer nuevos alimentos si tienes predisposición a reacciones alérgicas;
  • ir a la sauna o al baño turco, ya que esto puede provocar un aborto espontáneo;
  • limitar el contacto con gatos, que son portadores de toxoplasma;
  • dormir boca arriba, ya que el útero en crecimiento presiona la vena cava e impide la circulación normal;
  • evitar productos enlatados, ahumados y encurtidos;
  • beber café y agua con gas, té demasiado fuerte;
  • pasar demasiado tiempo con dispositivos que emiten radiación dañina;
  • no usar productos químicos domésticos que puedan afectar negativamente la salud de la madre – encarga la limpieza al padre o a familiares cercanos;
  • tomar medicamentos desconocidos y aquellos que no han sido aprobados por el médico;
  • no usar hierbas, ya que algunas de ellas, como la hierba de San Juan, pueden provocar un aborto espontáneo;
  • comer en exceso, ya que el cuerpo almacenará nutrientes, lo que eventualmente llevará a la obesidad y a un parto complicado.

Alimentación adecuada

La alimentación adecuada durante el embarazo es extremadamente importante. Dado que en la semana 13 la mujer ya ha superado la fase de toxicosis, esto abre más oportunidades para nutrir el cuerpo con alimentos beneficiosos. A partir de ahora, estos se asimilan completamente, por lo que se presta especial atención a la dieta.
En la semana 13 de embarazo se recomienda:
  • partir de la regla básica de la elaboración de la dieta: debe ser completa y equilibrada, lo cual es crucial para el correcto desarrollo del feto;
  • ya que en la semana 13 el bebé es sensible a la composición del líquido amniótico, no se recomienda cambiar drásticamente la dieta; si se introducen nuevos alimentos, debe hacerse gradualmente;
  • en primer lugar, se deben añadir a la dieta aquellos alimentos que contengan tocoferol, o vitamina E;
  • si tienes hemoglobina baja, es el momento de añadir a tu dieta carne de ternera, remolacha, trigo sarraceno y granada;
  • si tienes antojo de algo dulce, sustitúyelo por una fruta o baya saludable;
  • para no ganar peso en exceso, no es necesario aumentar las calorías significativamente, basta con añadir 300 kcal a tu dieta habitual para satisfacer las necesidades tuyas y del bebé;
  • renuncia a la bollería, cremas, tartas y pasteles – este tipo de comida no aporta beneficios al organismo, pero sí puede añadir kilos de más;
  • al incluir frutas en la dieta, intenta usar menos cítricos – pueden provocar alergias y establecer sus bases en el organismo del niño;
  • sé cauteloso con los alimentos ahumados y salados - es mejor evitarlos, pero si tienes un gran antojo de algo salado, puedes comer unos pocos trozos, siempre y cuando hayas comprobado la calidad del producto;
  • es importante controlar el régimen de bebida – no bebas mucha agua para no provocar edemas, pero proporciona al organismo una cantidad suficiente de líquido, ya que el agua pura es la base de la mayoría de las reacciones químicas que ocurren en el cuerpo;
  • al elegir platos, presta atención a los productos perecederos y peligrosos – no deberías comer setas, carne cruda, sushi y rollos en la semana 13 de embarazo, ya que existe un riesgo potencial de intoxicación;
  • los alimentos no deben freírse, sino hervirse y guisarse, también se pueden cocinar al vapor – así se conservan más nutrientes en la comida;
  • El alcohol en la semana 13 está categóricamente prohibido – afecta negativamente al desarrollo del feto, actúa sobre el sistema nervioso central y el ritmo cardíaco;
  • Presta especial atención a los alimentos ricos en proteínas, ya que las proteínas son los principales elementos constructivos, mientras que los carbohidratos son útiles para obtener energía;
  • No renuncies a los productos lácteos – el calcio en la semana 13 sigue siendo necesario para el bebé para la formación del sistema musculoesquelético;
  • Mantén una higiene estricta al preparar los alimentos, no permitas que se consuman productos caducados o en mal estado;
  • Elimina los alimentos que favorecen la formación de gases, ya que el útero en crecimiento ya comprime los órganos digestivos, provocando fermentación, y con estos alimentos las mujeres sufrirán aún más de meteorismo;
  • Excluye del menú los pescados depredadores – lucio, halibut y atún, ya que contienen metales pesados;
  • Evita la comida rápida, reduce la cantidad de visitas a cafeterías o restaurantes – la comida casera, preparada correctamente, será la mejor opción para la embarazada;
  • Para añadir una cantidad adicional de ácido fólico a tu dieta, consume plátanos, tomates, brócoli, espinacas y huevos.

Necesidad de vitaminas y minerales

La semana 13 del embarazo es un periodo de crecimiento activo del bebé, quien ya tiene formados todos sus órganos. Para el pequeño, es necesario un conjunto completo de vitaminas y minerales en cantidades suficientes, que ayudarán al correcto desarrollo de todos los sistemas. Por lo tanto, la mujer debe tomar las vitaminas prescritas por el médico y consumirlas en forma de alimentos.

Vitamina A (retinol)

Esta vitamina liposoluble debe tomarse también en el segundo trimestre. Fortalece el sistema inmunológico del cuerpo materno y también contribuye al crecimiento del feto. El retinol participa en el proceso de división celular, desarrollo de los órganos internos y del sistema musculoesquelético, y en el mantenimiento del funcionamiento normal del sistema inmunológico. Es importante para la salud de los órganos de la visión en la embarazada, ya que a menudo durante el embarazo las mujeres experimentan una disminución de la vista. Los signos de deficiencia de vitamina A incluyen mareos y debilidad, descamación de la piel, desorientación espacial y fatiga.
En la semana 13, el cuerpo de la madre debe recibir no menos de 350-370 mcg al día. Se puede obtener retinol de:
  • hígado;
  • aceite de pescado;
  • leche;
  • yogur;
  • quesos;
  • zanahorias;
  • papaya;
  • calabaza.

Vitamina B2 (riboflavina)

En la semana 13 es importante para el desarrollo de muchos sistemas y órganos del bebé. Participa en la formación de la piel y el cabello, los órganos digestivos y el sistema nervioso. La falta de riboflavina provoca que los recién nacidos sufran de heces líquidas y duerman mal. Además, la riboflavina juega un papel importante en el metabolismo de proteínas, grasas y carbohidratos. Mantiene el funcionamiento de las membranas celulares del feto. Parte de la riboflavina es producida por la microflora intestinal, pero se necesitan 1,6 mg de este elemento al día, por lo que también se consume a través de los alimentos. La riboflavina se encuentra en:
  • pescado;
  • productos lácteos;
  • carne;
  • huevos;
  • levadura.

Vitamina B3 (niacina)

Este elemento pertenece a las vitaminas solubles en agua y es un participante activo en los procesos metabólicos del cuerpo de la madre y el niño. La niacina juega un papel clave en el intercambio energético. Además, gracias a la niacina se mantiene un nivel normal de colesterol en la sangre. La deficiencia de esta vitamina lleva a la disfunción del sistema nervioso central del feto, y los niños posteriormente sufren problemas de memoria y trastornos digestivos. La dosis diaria de la vitamina en este período es de 18 mg. Se puede obtener consumiendo:
  • trigo sarraceno;
  • frijoles;
  • lentejas;
  • manzanas;
  • zanahorias;
  • hígado;
  • patatas.

Vitamina B9 (ácido fólico)

Tomar ácido fólico es necesario también en etapas más tempranas, pero para el segundo trimestre su nivel en el organismo de la madre debe alcanzar la norma. Si en la semana 13 esto no ha ocurrido, el médico prolongará el curso de la vitaminoterapia. La función clave de la vitamina B9 es en la formación del tubo neural del feto. Y a pesar de que para la semana 13 la formación está prácticamente completada, el sistema nervioso sigue desarrollándose y requiere recursos para la construcción de neuronas, responsables de la conductividad de los impulsos.
El déficit de ácido fólico en el organismo de la madre también lleva a la aparición de defectos congénitos, hipotrofia y prematuridad. Pero tampoco se debe exceder el nivel de vitamina B9 en el organismo, ya que esto lleva a un exceso de peso en el feto, tendencia a alergias y asma.
Para que el niño no sufra de patologías neurológicas en el futuro, presta mucha atención al ácido fólico en la semana 13. La necesidad diaria en este periodo es de aproximadamente 400 mcg. El ácido fólico se encuentra en:
  • tomates;
  • nueces;
  • trigo germinado;
  • espinacas;
  • lechuga;
  • col;
  • brócoli;
  • cebolla verde.

Vitamina B12 (cianocobalamina)

El elemento participa en la creación del material genético del organismo del feto. Gracias a él se asegura el transporte de oxígeno, se produce el metabolismo celular y se forman los glóbulos rojos. La vitamina B12 juega un papel clave en la prevención de la anemia en las embarazadas. La cianocobalamina tiene una influencia significativa en el metabolismo de las proteínas, los ácidos nucleicos y los aminoácidos. La dosis diaria recomendada es de 1 mcg. Las fuentes de vitamina B12 son:
  • ternera;
  • requesón;
  • hígado;
  • pollo;
  • sardinas;
  • caballa;
  • huevos;
  • arenque;
  • queso.

Vitamina C (ácido ascórbico)

Uno de los elementos importantes en esta etapa. Contribuye a fortalecer el sistema inmunológico del organismo materno, previniendo enfermedades respiratorias. Gracias a la vitamina C, el organismo de la madre combate los radicales libres. Para el bebé, el ácido ascórbico es importante en la formación de los huesos y el esmalte dental, además asegura una cantidad suficiente de colágeno en los tejidos conectivos, lo cual es crucial para el funcionamiento normal de las articulaciones y los ligamentos. Si la futura mamá empieza a tener hemorragias en los pequeños vasos sanguíneos, debería considerar la posibilidad de una deficiencia de vitamina C en su organismo. La dosis recomendada es de 60 mg.
El ácido ascórbico se encuentra en los siguientes alimentos:
  • grosella negra;
  • escaramujo;
  • naranjas;
  • grosella espinosa;
  • cebolla verde;
  • coliflor;
  • perejil.

Vitamina D

Un elemento muy importante para la formación del sistema musculoesquelético del feto, ya que es responsable de la acumulación de fósforo y calcio en los huesos. Se forma en el cuerpo de la madre bajo la influencia de la luz solar, pero durante el embarazo ese nivel no es suficiente y es necesario tomarlo como parte de los multivitamínicos. La deficiencia de vitamina D lleva a consecuencias graves, la necesidad diaria es de 5 mcg. Esto afecta la formación del esqueleto del feto, el esmalte dental, así como el crecimiento y desarrollo general del bebé. La insuficiencia de vitamina D también trae problemas para la embarazada: muchas mujeres sufren de vaginosis bacteriana, ya que la inmunidad disminuye drásticamente. Se puede obtener vitamina D de:
  • huevos;
  • mantequilla;
  • caviar;
  • hígado de res;
  • aceite de pescado.

Vitamina E (tocoferol)

Se trata de vitaminas liposolubles que se presentan en cápsulas y en forma líquida para facilitar su consumo durante el embarazo. Algunas mujeres experimentan una deficiencia de esta sustancia, por lo que el médico prescribirá una dosis diaria de tocoferol. El papel de la vitamina E es extremadamente importante: esta sustancia participa en los procesos metabólicos, es un potente antioxidante y protege los elementos de la sangre. Influye en la formación del sistema muscular y del aparato articular-ligamentoso. La deficiencia de vitamina E puede provocar patologías congénitas del sistema cardiovascular, urinario y nervioso, así como aumentar el riesgo de preeclampsia. La dosis diaria de tocoferol es de 10 mg al día. No se debe aumentar la dosis de tocoferol, ya que una sobredosis puede tener un efecto negativo en el feto. Se debe consumir la vitamina hasta que se haya compensado su deficiencia en el organismo. Se puede obtener tocoferol en los siguientes alimentos:
  • aceite vegetal;
  • frutos secos;
  • moluscos, hígado de bacalao, caviar y otros mariscos;
  • huevos de gallina;
  • salvado de trigo;
  • semillas de calabaza y girasol.

Yodo

Contribuye al funcionamiento normal de la glándula tiroides durante el embarazo. Se puede obtener este elemento de pescado marino, hígado de bacalao, algas marinas y sal yodada.

Hierro

Participa directamente en la producción de hemoglobina, por lo que es necesario para prevenir la anemia en la madre y, en el caso del niño, previene la hipoxia y las patologías intrauterinas del feto. Se encuentra en el hígado de ternera, el trigo sarraceno, la avena, los tomates, los arándanos y las manzanas.

Calcio

Contribuye a la formación del tejido óseo, los músculos, los dientes y también los tejidos de los órganos internos. Es necesario para prevenir patologías del sistema musculoesquelético del feto. Mejora la coagulación de la sangre y mantiene el tono vascular. Para reponer las reservas de calcio, es necesario añadir a la dieta grosellas, grosellas negras, espinacas, perejil, productos lácteos fermentados, albahaca, eneldo y huevos.

Magnesio

Participa en el funcionamiento del sistema cardiovascular y endocrino, es un elemento activo en los procesos metabólicos, regula la presión arterial y el nivel de azúcar en la sangre. Ayuda a la rápida eliminación de toxinas del cuerpo. El magnesio se encuentra en las nueces, las semillas de trigo, el cacao, el perejil, los guisantes verdes, el pan de centeno y el queso duro.

Manganeso

Participa en la hematopoyesis, fortalece el sistema inmunológico y ayuda en la absorción del hierro. Contribuye al desarrollo del esqueleto y los tejidos blandos. El manganeso se puede obtener de la ternera, el pescado, los cereales, las zanahorias, el repollo, el pan, los dátiles y las uvas.

Cobre

Elemento importante para los procesos metabólicos, participa en la producción de hemoglobina, sintetiza pigmentos que determinan el color de la piel, los ojos y el cabello. Es necesario añadir cobre a las mujeres embarazadas y con el fin de prevenir enfermedades cardiovasculares. Este elemento ayuda en el funcionamiento de los sistemas respiratorio e inmunológico, y apoya la actividad de las glándulas endocrinas. Para aumentar el cobre en el organismo, es necesario incluir en la dieta hígado, cereales, algas marinas, manzanas, frambuesas, nueces, semillas de girasol, trigo germinado, remolacha y pepinos.

Selenio

Potente antioxidante, necesario para combatir los radicales libres. El selenio cataliza la acción de la vitamina E, por lo que se recomienda tomar estos elementos juntos. Con la ayuda del selenio, se produce la generación de hormonas tiroideas y se incrementa la inmunidad. Se puede obtener selenio de las vísceras, pescado, hígado, pan integral, huevos, espárragos y ajo.

Fósforo

Participa en la síntesis de proteínas y aminoácidos esenciales. Junto con el calcio, participa en la formación de huesos y articulaciones, y apoya el funcionamiento de los sistemas cardiovascular y muscular. Se encuentra en la col, zanahorias, bayas, nueces, perejil y ajo.

Zinc

Es necesario tanto para la madre como para el niño para la síntesis de proteínas, ácidos nucleicos, protege el funcionamiento de los órganos digestivos y fortalece el sistema inmunológico. Es requerido para la proliferación celular y la actividad del cerebro. El zinc se encuentra en la carne de ave, yemas de huevo, mariscos, queso, espinacas y legumbres.

Cromo

Este elemento mejora el metabolismo de los carbohidratos y estabiliza el nivel de azúcar en la sangre. Esto es importante para prevenir la diabetes gestacional. Influye en el funcionamiento de los sistemas endocrino, nervioso y cardiovascular. El cromo se encuentra en el maíz, el perejil, la zanahoria y las verduras.

Consejos útiles

Adquiere literatura sobre el embarazo, visita foros y sitios web donde puedas hacer preguntas que te preocupen, obtener asesoramiento de nutricionistas y especialistas en lactancia materna. Lleva un diario electrónico del embarazo y anota tus sensaciones. Aplicaciones de este tipo te ayudarán a sistematizar una vida llena de nuevas preocupaciones y emociones positivas.

Ejercicios para futuras mamás

La actividad física durante el embarazo beneficiará a la futura mamá. Si no hay contraindicaciones y el médico permite hacer deporte, es mejor optar por el fitness para embarazadas. Bajo la supervisión de un entrenador, la mujer realizará ejercicios especiales para enriquecer la sangre con oxígeno, entrenar el sistema cardiovascular y hacer estiramientos. Los ejercicios con fitball ayudarán a aliviar el dolor de espalda. La intensidad de las cargas la determinará el entrenador, generalmente se reduce al 70% de la norma, y algunos ejercicios se eliminan por completo, sustituyéndolos por otros más seguros.

Malestares durante el embarazo

Enfermedades Catarrales

En la semana 13 del embarazo, las enfermedades catarrales tienen una importancia especial, ya que si una futura mamá sufre un resfriado fuerte, puede enfrentarse a un aborto espontáneo o a anomalías en el desarrollo del feto. Ante los primeros signos de malestar, no se debe tratar de forma autónoma ni autodiagnosticarse. Un resfriado leve con un sistema inmunológico debilitado puede complicarse considerablemente, y para prevenir esto, se necesitará la ayuda de un especialista. El médico elegirá medicamentos completamente seguros y prescribirá los procedimientos adecuados. Beber abundante líquido, lavar la nariz y hacer gárgaras, así como guardar reposo en cama, ayudarán a prevenir complicaciones.

Flatulencia

La flatulencia se convierte en un acompañante bastante común a partir de la semana 13 y en adelante. Con el aumento del tamaño del útero, el intestino se vuelve menos móvil, sus movimientos se ralentizan un poco, por lo que los alimentos se estancan y fermentan, provocando una gran acumulación de gases. La hormona progesterona también intensifica la fermentación, ya que relaja los músculos de la pared abdominal y aumenta la cantidad de depósitos de grasa. Para prevenir la hinchazón abdominal, es necesario excluir de la dieta las legumbres, la repostería fresca, los productos de confitería, las cremas, las bebidas gaseosas, las uvas, las manzanas y la col. Aunque la flatulencia no es peligrosa para el bebé, sí crea un notable malestar para la embarazada, por lo que es recomendable seguir medidas preventivas.

Problemas con la defecación

Si hablamos de problemas con la defecación, las futuras madres en la semana 13 pueden enfrentar tanto el estreñimiento como la diarrea. Con mayor frecuencia surge el estreñimiento, lo cual se debe a una peristalsis intestinal débil, una digestión prolongada de los alimentos y la acumulación de heces densas. Es difícil lidiar con el problema sin un médico, por lo que las mujeres deben consultar a un doctor y ajustar su dieta, añadiendo más fibra y productos lácteos fermentados. Se puede ayudar al organismo con actividad física: si se realizan caminatas de 20-30 minutos al día, el intestino funciona significativamente mejor. En caso de estreñimiento prolongado, el doctor recomendará microenemas seguros, pero no se debe abusar de ellos para evitar la dependencia.

Hemorroides

Las hemorroides pueden ser provocadas por la hipodinamia, estar sentado durante mucho tiempo en el mismo lugar, la alteración de la circulación sanguínea en los órganos de la pelvis y el estreñimiento crónico. Todos estos factores están presentes durante el embarazo, por lo que ya en la semana 13 las mujeres se enfrentan a las hemorroides. Es necesario tratar la enfermedad lo antes posible, mientras se manifiesta en sus etapas iniciales. Al acudir al médico, el doctor recomendará medicamentos para las hemorroides, así como aconsejará añadir actividad física y cambiar la dieta. Si las hemorroides ya existían antes del embarazo, es conveniente preocuparse de antemano en estas etapas por prolongar la remisión de la enfermedad para evitar la hospitalización.

Acidez

Durante el embarazo, el equilibrio hormonal del cuerpo de la mujer cambia. Aumenta la producción de progesterona, una hormona que, entre otras cosas, es necesaria para relajar las paredes musculares del útero y evitar el hipertonía, lo que podría provocar un aborto espontáneo. Este efecto tiene también efectos secundarios: no solo se relaja el útero, sino también las paredes del esófago. Debido a esto, el contenido del estómago se devuelve a las partes superiores del esófago, lo que provoca acidez. La acidez molesta mucho a las mujeres; algunas incluso no pueden dormir, ya que la acidez suele aparecer por la noche. Este malestar no es peligroso para el bebé, y al consultar con un médico, el especialista recomendará medicamentos seguros que ayudan eficazmente contra la acidez.

Cistitis

Si aparecen dolores al orinar, aumenta la temperatura corporal, duele la parte baja de la espalda y el abdomen, puede que se trate de cistitis. Con la retención de orina, provocada por la debilidad de la musculatura del órgano durante el embarazo, no es difícil que aparezca la cistitis. Esta enfermedad requiere atención inmediata, ya que la infección en las vías urinarias afecta la salud de la madre. Al acudir al médico, recibirás recomendaciones sobre el tratamiento y una lista de medicamentos seguros durante el embarazo. Con los medicamentos modernos, es posible deshacerse completamente de la cistitis en una semana.

Varices

Normalmente, las varices amenazan a las mujeres con sobrepeso y a aquellas que son propensas a la hipodinamia. Los cambios hormonales, la hinchazón, el crecimiento del vientre y el aumento de peso afectan inevitablemente a los vasos sanguíneos de las extremidades inferiores. Debido a esto, se estiran en exceso, las paredes pierden su antiguo tono, aparece cansancio en las piernas incluso con una caminata leve, se siente ardor y se pueden ver las arañas vasculares en la superficie. Hay que tomarse muy en serio la dilatación varicosa de las venas para no llegar a una tromboflebitis y tratar la patología a tiempo. Se puede acudir al médico de cabecera, al cirujano vascular o al flebólogo.

Lista de verificación

  1. realiza los análisis necesarios, cuya lista te proporcionará el médico;
  2. hazte un examen genético, especialmente si tus familiares cercanos tienen enfermedades hereditarias;
  1. haz una ecografía de cribado y asegúrate del desarrollo saludable del feto;
  2. inscríbete en el control prenatal con el ginecólogo y visita a los especialistas necesarios;
  1. elimina las enfermedades crónicas, consigue una remisión prolongada;
  2. elabora una lista de medicamentos seguros y discute los detalles con cada especialista;
  1. apúntate a clases de fitness para embarazadas – la hipodinamia en la semana 13 es inaceptable;
  2. comienza a cuidar tu piel para evitar las estrías;
  1. nada en la piscina, practica aquagym;
  2. varía tu alimentación e incluye más productos que contengan tocoferol, ácido fólico, hierro, magnesio, calcio;
  1. camina distancias cortas – esto entrena muy bien los vasos sanguíneos de las extremidades inferiores sin sobrecargarlos, es mejor caminar por las tardes antes de dormir;
  2. ventila la habitación en el trabajo y en casa, si es necesario, coloca un humidificador;
  1. Descansad más, interesaros por el desarrollo del bebé, leed literatura sobre el embarazo y el cuidado del niño;
  2. Adquirid cosméticos hipoalergénicos, utilizad productos cosméticos naturales, cambiad a productos herbales para la ducha;
  1. Controlad el peso, comprad una báscula de baño para pesaros semanalmente;
  2. Observad vuestro cuerpo para no pasar por alto los signos de hemorroides, ya que en esta etapa las mujeres suelen sufrir de estreñimiento;
  1. Aseguraos de dormir al menos 8 horas, y descansad también durante el día si es posible;
  2. Adquirid un exprimidor y consumid zumos naturales de productos de vuestra región, esto os proporcionará vitaminas y minerales que se pierden durante la cocción de los alimentos;
  1. Usad ropa interior cómoda que no restrinja vuestros movimientos y comprad un sujetador de mayor tamaño, también sería útil adquirir pantalones especiales para embarazadas con inserciones de punto en la zona del abdomen.

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