Calendario de embarazo en la semana 26

Qué sucede con el bebé

El peso del bebé en la semana 26 alcanza los 970 g, y su longitud es de 40 cm. Los órganos internos ocupan sus lugares. Por ejemplo, los pulmones se sitúan a la derecha y a la izquierda del corazón, y el diafragma los separa de la cavidad abdominal. El intestino delgado y el grueso se fijan con su propio mesenterio, a través del cual pasan los vasos sanguíneos y las fibras nerviosas.
En los niños, hacia la semana 26 de gestación, comienza el descenso de los testículos hacia el escroto. Este proceso se completa hacia la semana 29-30. En las niñas, se finaliza la formación de los órganos genitales externos y la vagina.

Qué sucede con la mamá

En el cuerpo de una mujer embarazada ocurren cambios característicos del período de gestación. La incomodidad que surge no es un síntoma de enfermedades, sino que es propia del curso normal del embarazo.

Cambios en el útero

El aumento de su tamaño provoca presión sobre los órganos cercanos, lo que causa sensaciones desagradables. Su anchura es de 16 cm, y su altura es de 24 cm. Al palpar, el borde superior del órgano se encuentra a 26 cm por encima del pubis, lo que corresponde al período de embarazo. La presión sobre los órganos internos provoca acidez, micción frecuente, hinchazón abdominal y estreñimiento.

Contracciones de entrenamiento

Periódicamente se producen contracciones de entrenamiento, acompañadas de contracciones del útero. No causan daño al bebé. En el cuello del útero continúa formándose el tapón mucoso. Su función es evitar que las infecciones del área vaginal lleguen a la cavidad uterina. Si en la semana 26 las contracciones empiezan a ir acompañadas de dolor y secreciones acuosas, se debe llamar inmediatamente a una ambulancia.

Micción

El útero se encuentra cerca de la vejiga. Al aumentar su tamaño, la comprime, lo que lleva a una reducción relativa de su volumen. Esto se manifiesta en un aumento de la frecuencia de la micción, hasta 1-2 veces cada 2 horas. Para una embarazada de 26 semanas de gestación, esto no supone ningún riesgo, ya que la micción frecuente permite evitar la acumulación de orina y el desarrollo de enfermedades inflamatorias: cistitis y pielonefritis.

Dolores de cabeza

Las sensaciones dolorosas surgen por varias razones: cambios hormonales, disminución o aumento de la presión arterial y exacerbación de enfermedades crónicas. El dolor de cabeza puede ir acompañado de debilidad general, náuseas, mareos y otros síntomas. En caso de aparición, se debe buscar ayuda médica. La automedicación puede llevar a consecuencias negativas para la mujer y el niño.

Dolores en la zona lumbar

Los dolores surgen debido al aumento de la carga sobre la columna vertebral y al desplazamiento del centro de gravedad del cuerpo hacia adelante. Para mantener el equilibrio, aumenta el tono de los músculos de la espalda en la zona lumbar, lo que provoca sensaciones desagradables. Si la mujer padecía osteocondrosis u otras enfermedades de la columna antes del embarazo, estos cambios pueden llevar a su exacerbación. Para aliviar el dolor, se recomienda descansar, usar una faja y realizar gimnasia especial.

Pecho

Los cambios en las glándulas mamarias se caracterizan por su hinchazón y la aparición de una sensación de pesadez en el pecho. La causa es el crecimiento del tejido glandular, que participa en la formación de la leche materna después del parto. Para reducir el malestar, se recomienda usar un sujetador especial para dormir y, durante el día, llevar un sujetador deportivo. Este proporciona un soporte adicional al pecho, previniendo el dolor y el daño a los ligamentos.

Pigmentación de la piel

El aumento de la cantidad de pigmento en las células de la piel de las mujeres embarazadas en el tercer trimestre de gestación está relacionado con los cambios hormonales en el organismo. Las manchas que aparecen en la piel con mayor pigmentación tienen bordes bien definidos y un color que varía del amarillo oscuro al marrón oscuro. Con mayor frecuencia se localizan en la cara, en la zona de los pezones y en los órganos genitales externos. No se requiere tratamiento. El color de las áreas pigmentadas se restablece por sí solo después del parto.

Hinchazón

El aumento del volumen de sangre circulante durante la gestación conduce a la aparición de edemas periféricos. Estos se presentan por la tarde o después de caminar durante mucho tiempo. Si la hinchazón se vuelve pronunciada y no desaparece después de una noche de sueño, es necesario buscar ayuda médica. Los edemas persistentes o masivos son un síntoma de toxicosis en el embarazo.

Secreciones vaginales

Durante la gestación en la semana 26 pueden aparecer secreciones claras, sin olor desagradable. Se caracterizan por una consistencia homogénea. Un signo de patología son las secreciones purulentas o de aspecto cuajado, acompañadas de síntomas desagradables como picor o ardor en la parte baja del abdomen.

Hemorragias

Las pequeñas hemorragias son más comunes en el primer trimestre y no son indicativas de enfermedades. Si ocurren en la semana 26 o más tarde, generalmente indican patologías. Entre ellas se incluyen el desprendimiento prematuro de la placenta y su previa. Para el diagnóstico y la selección del tratamiento, la mujer debe acudir al ginecólogo.

Preferencias alimentarias

La principal causa del cambio en las preferencias alimentarias y los olores es el cambio en el contenido de la hormona progesterona, lo que lleva a reajustes bioquímicos en el cuerpo de la mujer. Como resultado, la mujer puede experimentar una mayor necesidad de carne o aversión a ella, entre otros. En algunas mujeres, los deseos son de carácter extraño: buscan consumir productos no comestibles como cal, tiza, etc. Esto está estrictamente prohibido, ya que afectan negativamente al sistema digestivo de la mujer.

Aumento de peso

El aumento del tamaño del feto, del útero y del volumen de sangre lleva a un incremento del peso corporal de la embarazada. El aumento total de peso para la semana 26 de gestación varía entre 5 y 9 kg, dependiendo de los valores iniciales de este indicador.

Examen médico

En la semana 26 de embarazo, la mujer necesita un examen médico:
  • consulta con el obstetra-ginecólogo. En la semana 26 de gestación se realiza la sexta visita al especialista;
  • análisis clínico de sangre para determinar el nivel de hemoglobina. El embarazo a menudo se complica con anemia, lo que lleva a la hipoxia de los órganos internos y del feto;
  • análisis bioquímico de sangre con control de la concentración de glucosa. Permite detectar a tiempo la diabetes. Si se detecta un nivel elevado de glucosa, el médico ajusta la dieta de la embarazada;
  • análisis general de orina para el diagnóstico temprano de cistitis y otras patologías inflamatorias;
  • examen físico con medición del peso corporal y del nivel de presión arterial. Además, se determina la altura del fondo uterino y la circunferencia abdominal;
  • en la semana 26 se realiza la segunda ecografía programada. El estudio permite evaluar el estado de la placenta, su ubicación, así como las características de la estructura de los órganos internos y del sistema nervioso central del feto.

Dificultades en el embarazo

Las complicaciones del embarazo en la semana 26 de gestación son raras, sin embargo, en este período pueden surgir dificultades en el embarazo con consecuencias negativas para la mujer y el bebé.
  • Apertura prematura del cuello uterino o insuficiencia istmico-cervical. Esta condición aumenta el riesgo de aborto espontáneo, ya que crea condiciones para la salida del feto de la cavidad uterina. La mujer necesita consultar a un ginecólogo y recibir tratamiento.
  • Insuficiencia fetoplacentaria. Se desarrolla debido a la alteración del transporte de oxígeno y nutrientes a través de la placenta. Las causas pueden incluir diabetes en la embarazada, enfermedades infecciosas agudas, entre otras. Con una atención médica oportuna, se lleva a cabo una terapia integral que permite evitar complicaciones para el bebé.
  • La aparición de un dolor agudo en el área del abdomen y la espalda, acompañado de sangrado uterino, puede indicar un desprendimiento de la placenta. La mujer necesita una hospitalización urgente. Una terapia temprana permite mantener el embarazo y llevar el feto a término, independientemente del área de desprendimiento.

Qué se puede y qué no se puede

Los obstetras-ginecólogos destacan una serie de recomendaciones para las mujeres embarazadas. Son similares a los consejos de los especialistas para cualquier etapa de la gestación.

Qué PUEDE hacer la futura mamá:

  • practicar deporte regularmente. La actividad física se elige teniendo en cuenta el embarazo;
  • tomar complejos vitamínico-minerales según la prescripción del médico tratante;
  • pasear regularmente al aire libre. Caminar durante un tiempo prolongado, así como usar las escaleras en lugar del ascensor, permite mejorar el estado del sistema cardiovascular y respiratorio;
  • dormir sobre el lado izquierdo. Esta posición del cuerpo durante la noche no afecta la circulación sanguínea en la placenta, a diferencia de dormir sobre el lado derecho o la espalda;
  • si no hay contraindicaciones, tener relaciones sexuales regularmente, eligiendo posturas cómodas;
  • tomar un baño caliente por la noche antes de dormir. No se recomienda añadir aditivos aromáticos o extractos de plantas;
  • aprender métodos de gimnasia respiratoria;
  • realizar ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico, como el conjunto de Kegel, entre otros.

Qué NO PUEDE hacer la futura mamá:

  • consumir bebidas alcohólicas, drogas y seguir fumando;
  • tomar medicamentos o suplementos biológicos sin consultar con el médico;
  • realizarse estudios radiológicos de los órganos del abdomen y del tórax. Esto incluye también la fluorografía y la tomografía computarizada;
  • seguir trabajando con sustancias tóxicas y en otros tipos de trabajos perjudiciales;
  • visitar salones de tatuajes o hacerse maquillaje permanente. La violación de las normas de esterilidad puede causar infecciones por hepatitis virales o VIH;
  • beber descontroladamente bebidas con cafeína, incluyendo té fuerte. Su consumo frecuente lleva a la taquicardia y al aumento de la presión arterial;
  • levantar y transportar objetos pesados. La actividad física en la semana 26 debe ser moderada.

Alimentación adecuada

Los alimentos son fuentes de nutrientes necesarios para mantener la salud de la mujer y el curso normal del embarazo. Proporcionan las necesidades de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y oligoelementos.
En la semana 26 de embarazo se recomienda:
  • reducir el consumo de alimentos que favorecen el desarrollo de alergias. Entre ellos se encuentran el chocolate, los huevos, los cítricos, las bayas y las verduras de color rojo. No es necesario eliminarlos por completo, basta con reducir su consumo;
  • disminuir la cantidad de productos de panadería y pastelería en el menú. Los carbohidratos simples que contienen provocan un aumento brusco de los niveles de glucosa e insulina en la sangre, lo que incrementa el riesgo de desarrollar diabetes;
  • eliminar por completo de la dieta cualquier plato picante, frito, ahumado, salado y graso. Están contraindicados tanto durante el embarazo como fuera de él;
  • dar preferencia a los alimentos cocinados al vapor. Es beneficioso comer platos hervidos y al horno;
  • las comidas deben ser fraccionadas – 5-6 veces al día. De ellas, 3 son principales y 2-3 son tentempiés;
  • la cantidad de líquido que se debe beber al día es de 1,5-2 litros. Esto debe discutirse con el médico tratante;
  • excluir productos y platos que puedan llevar a una infección parasitaria o intoxicación. Entre ellos se encuentran el pescado, la carne cruda y la leche no pasteurizada.
Una alimentación adecuada asegura el desarrollo normal del niño durante el periodo intrauterino y la salud de la mujer. Se puede obtener información sobre alimentos beneficiosos consultando a un médico o dietista. Por ejemplo, muchos especialistas recomiendan consumir más fibra durante el embarazo. La fibra reduce el riesgo de estreñimiento, náuseas y flatulencias. Las investigaciones científicas disponibles también muestran que la ingesta regular de alimentos con fibra permite controlar el peso de la embarazada.
Se requiere consumir entre 25-30 g de fibra vegetal al día. Esta se puede obtener de diversas fuentes: frutas (peras, manzanas, albaricoques), verduras, pasta y pan integrales, cereales, legumbres y frutos secos. La dieta debe ser variada. Esto asegura la ingesta de diferentes vitaminas y minerales, beneficiosos durante el periodo de gestación.

Necesidad de vitaminas y oligoelementos

Durante el embarazo, las normas de ingesta de minerales y vitaminas aumentan. Estos aseguran un metabolismo normal en el cuerpo de la mujer y del niño, además de prevenir anomalías en el desarrollo del feto. Los minerales y las vitaminas se encuentran en diversos alimentos.

Vitamina A (retinol)

Mantiene el estado normal de la placenta, específicamente de los vasos sanguíneos. También influye en el metabolismo y en los procesos de formación de células sanguíneas en el organismo del feto en desarrollo. El retinol se encuentra en el hígado de bacalao, la yema de huevo, las espinacas, la acedera, el perejil, el espino cerval de mar, los frutos secos, las grosellas negras y los productos lácteos fermentados.

Vitaminas del grupo B

Participan en muchos procesos fisiológicos, desde el funcionamiento del sistema inmunológico hasta el metabolismo. La vitamina B1 (tiamina) influye en los vasos sanguíneos, previniendo la disminución de la presión arterial en la embarazada.

Vitamina B2 (riboflavina)

Es necesaria para las células hepáticas. Previene su daño y participa en los procesos de regeneración. La vitamina B3 o PP (ácido nicotínico) regula el nivel de colesterol, reduciendo el riesgo de desarrollar aterosclerosis. La vitamina B5 (ácido pantoténico) participa en la regulación de la producción de hormonas tiroideas y suprarrenales. Su ausencia puede causar cretinismo en el niño, así como edemas generalizados en los tejidos blandos.

Vitamina B7 (biotina)

Proporciona un estado normal de la piel con cabello y uñas. La vitamina B12 (cianocobalamina) es un componente necesario para la absorción del ácido fólico. Estas vitaminas se encuentran en grandes cantidades en productos de harina integral, levadura, salvado, legumbres, frutos secos, diversas verduras, remolacha, col, tomates, patatas, leche y queso, huevos, mariscos y pescado, frutas y bayas.

Vitamina B9 (ácido fólico)

Garantiza la integridad de la información genética, la formación del sistema nervioso central y los órganos internos en el niño. En su ausencia, se desarrolla anemia severa, estados de inmunodeficiencia y trastornos de la coagulación sanguínea. El ácido fólico se encuentra en el hígado de res, verduras, legumbres y frutos secos, guisantes verdes frescos, cereales, pan y pasta de harina integral, levadura, semillas de plantas, productos lácteos fermentados y frutos secos.

Vitamina E (tocoferol)

Se considera un potente antioxidante. Son sustancias que protegen las células del cuerpo de factores dañinos como las toxinas, entre otros. El tocoferol participa en el metabolismo de proteínas y grasas, en la formación de hormonas y en el suministro de sangre al feto. Con una ingesta adecuada a través de los alimentos, reduce la intensidad de los procesos inflamatorios en el cuerpo del niño y de la embarazada. Se encuentra en aceites vegetales no refinados, cereales, semillas, frutos secos, tomates, lechuga, perejil, escaramujo, carne, yemas de huevo, leche e hígado de res.

Vitamina D (calciferol)

Participa en los procesos de formación y maduración del tejido óseo, ya que regula el metabolismo del calcio y el fósforo. Permite prevenir el desarrollo del raquitismo y enfermedades inflamatorias de la piel. Varios especialistas destacan la influencia positiva de la vitamina D en el estado de los vasos arteriales, la glándula tiroides y el sistema inmunológico. El aceite de hígado de bacalao, el hígado de res, los hongos, la leche y los productos lácteos fermentados, el pescado y los mariscos, y las verduras son ricos en calciferol.

Vitamina K (filoquinona)

Es necesaria para la coagulación normal de la sangre. Participa en la formación de factores que aseguran la detención de hemorragias. Las principales fuentes de vitamina K incluyen zanahorias, tomates, lechuga, hojas de plantas, escaramujo, frambuesas, albaricoques secos, frutos secos y fresas.

Vitamina H (biotina)

Regula la formación de proteínas a partir de aminoácidos y grasas a partir de ácidos grasos, previniendo alteraciones en estos procesos. La vitamina H es necesaria para la maduración y el funcionamiento del sistema nervioso del feto. Se encuentra en los riñones y el hígado de ganado bovino, huevos, leche y productos lácteos fermentados, cereales, pescado y mariscos, verduras y legumbres.

Hierro

El papel principal en el organismo es la formación de hemoglobina. Esta es una proteína que se encuentra en los eritrocitos y participa en el transporte de oxígeno con la sangre. La deficiencia de hierro en una mujer embarazada desarrolla anemia. Como resultado, el niño experimenta una falta de oxígeno, lo que afecta negativamente al estado del sistema nervioso y los órganos internos. La carne de res y el hígado, el pollo, el conejo, los mariscos y el pescado, el trigo sarraceno, la avena, las verduras, las bayas y las frutas son ricos en hierro.

Yodo

Es necesario para la formación de hormonas tiroideas. Su deficiencia conduce a trastornos hormonales en la mujer y también puede causar retraso mental en el niño. El yodo se encuentra en el alga marina y el pescado, así como en el hígado de bacalao. Los médicos recomiendan sustituir parte de la sal en la dieta por sal yodada.

Zinc

El mineral influye en el funcionamiento del sistema inmunológico, el metabolismo y la velocidad de crecimiento de las células en el cuerpo de la mujer y el feto. Su deficiencia afecta la actividad del cerebro, el sistema linfático y los órganos endocrinos. Diversos tipos de carne y mariscos son ricos en zinc. En menor cantidad, se encuentra en las semillas de girasol y calabaza, el cacao y las espinacas.

Calcio

– el principal microelemento que asegura el estado normal del tejido óseo y los dientes del niño. También participa en el mantenimiento del tono de los vasos sanguíneos y los músculos esqueléticos. El calcio es necesario para la coagulación normal de la sangre, la producción de hormonas suprarrenales y la regulación del metabolismo del colesterol. Los médicos recomiendan consumir col, ajo, perejil, leche y productos lácteos fermentados, huevos de gallina, nueces, salvado, productos de panadería y pasta de harina integral, así como bayas para su adecuada ingesta en el organismo.

Manganeso

es uno de los minerales que participan en el funcionamiento del sistema inmunológico y hematopoyético. Además, el microelemento es necesario para la absorción de hierro y vitaminas del grupo B de los alimentos. Su deficiencia afecta el desarrollo del sistema musculoesquelético y los órganos internos. El manganeso se encuentra en el hígado y los riñones de res, productos de pescado, bayas, frambuesas, cacao y té, miel, productos de panadería y pasta.

Magnesio

El microelemento acelera la recuperación del material genético dañado en las células, normaliza el funcionamiento de los órganos endocrinos y del sistema cardiovascular, y participa en la formación y maduración de las estructuras óseas. El magnesio se encuentra en el agua potable, semillas de girasol y calabaza, frutos secos, frambuesas, moras, perejil, cebolla, lechuga, quesos duros, pan de centeno, entre otros.

Fósforo

Forma parte del ADN y ARN y de algunas proteínas. En forma de sales con calcio, constituye la parte rígida de los huesos. Este mineral es necesario para la regulación del metabolismo y la actividad muscular. Su deficiencia provoca alteraciones en el tono de los músculos esqueléticos y disminuye la presión arterial. El fósforo se encuentra en grandes cantidades en la carne, pescado y mariscos, cereales, legumbres, productos lácteos y fermentados, frutos secos y bayas.

Selenio

Es un antioxidante con alta actividad bioquímica. Este mineral protege el material genético y las células de diversos tejidos del daño causado por los radicales libres, además de influir positivamente en la actividad del sistema inmunológico. El selenio mejora la absorción del yodo de los alimentos y el agua, normalizando la producción de hormonas tiroideas en la glándula tiroides. La deficiencia de este microelemento en el organismo infantil puede acumular daños celulares, lo que puede causar anomalías congénitas en el desarrollo. El selenio se encuentra en la carne y vísceras, pescado, cereales, pasta y pan de harina integral, huevos y ajo.

Silicio

Es necesario para la formación de tejidos óseos y cartilaginosos, ya que participa en los procesos de mineralización. La falta de este mineral en los alimentos altera el funcionamiento del sistema de coagulación de la sangre, ralentiza la división celular de la piel y del sistema nervioso. Sin silicio, no se forma el tejido conectivo. La deficiencia de este microelemento afecta negativamente la salud del niño y de la mujer. El silicio se puede obtener de productos de origen animal y pescado. Una pequeña cantidad de este mineral está presente en las plantas y sus semillas.

Cromo

Participa en el funcionamiento del aparato genético de las células, asegurando el crecimiento y la reproducción celular en diversos tejidos. Los médicos destacan su influencia en el nivel de glucosa en sangre, ya que la deficiencia de este microelemento en mujeres aumenta el riesgo de desarrollar diabetes. El cromo se encuentra en la carne, hígado de bacalao, huevos, productos lácteos y derivados.

Cobalto

Es parte de la vitamina B12, que regula el metabolismo y mantiene el sistema inmunológico y nervioso en estado activo. La disminución de la ingesta de este mineral con los alimentos provoca en las mujeres disfunciones del páncreas y anemia ferropénica debido a la alteración del proceso de absorción del hierro. El cobalto se encuentra en abundancia en el pescado y mariscos, carne y despojos (riñones, hígado), frutos secos, verduras, frutas y setas.

Potasio

Participa en la regulación del equilibrio hídrico-salino, manteniendo un nivel normal de líquido tisular e intersticial. Cuando su contenido en sangre disminuye, la glucosa pierde la capacidad de penetrar en las células, provocando alteraciones hipoglucémicas en un contexto de altos niveles de insulina. El potasio se encuentra en frutas deshidratadas, alubias, guisantes, frutos secos, patatas, acedera y otros vegetales o plantas.

Consejos útiles

El dolor en la zona de la espalda, que aparece en la mayoría de las mujeres embarazadas, está relacionado con el aumento de la carga sobre la columna vertebral y el desplazamiento del centro de gravedad. Esta molestia se puede prevenir fácilmente. Para ello, los médicos recomiendan seguir las siguientes indicaciones:
  • practicar gimnasia para embarazadas, enfocada en fortalecer los músculos de la espalda, brazos y piernas;
  • evitar ejercicios físicos pesados y levantar objetos de mucho peso;
  • si trabajas de pie, cada 20-30 minutos debes hacer una pausa. En ese momento, lo mejor es recostarse, elevando un poco las piernas.
El hombre ayuda a la mujer durante el embarazo. Además del apoyo psicológico y la ayuda en casa, el papá puede crear un álbum de fotos para el futuro bebé. Para ello, solo se necesita una cámara de fotos o un smartphone, y unos minutos de tiempo libre. Las sesiones fotográficas regulares permiten recordar el embarazo y rememorar esos días.

Ejercicios para futuras mamás

La actividad física es una parte importante de la preparación para el parto. Antes de comenzar cualquier ejercicio, es necesario consultar con el médico, ya que algunos tipos de ejercicios tienen sus propias contraindicaciones. La carga general debe ser moderada, ya que el cuerpo de una mujer embarazada tiene una capacidad reducida para adaptarse. Los especialistas recomiendan elegir ejercicios con el propio peso corporal, principalmente para mejorar el equilibrio y la coordinación. Está prohibido levantar cualquier tipo de peso, ya que el aumento de la presión intraabdominal puede provocar el inicio del trabajo de parto. Los conjuntos de ejercicios incluyen flexiones y extensiones de brazos y piernas, giros del tronco, elevaciones de talones, sentadillas, etc. Si se produce alguna molestia, se debe interrumpir la actividad física.

Malestares durante el embarazo

Las infecciones respiratorias virales y bacterianas se caracterizan por un aumento de la temperatura corporal hasta 38°C o más, debilidad general, dolor de cabeza, congestión nasal y tos. Las bacterias y los virus, al penetrar en el organismo del niño a través de la placenta, alteran los procesos de formación de las estructuras de los órganos internos y del sistema nervioso. Por lo tanto, la automedicación en enfermedades infecciosas es inaceptable. Ante la aparición de los primeros síntomas, la mujer debe buscar atención médica.
La candidiasis surge debido a la disminución de la actividad del sistema inmunológico y a los cambios en el contenido hormonal en el organismo de la mujer. Se acompaña de síntomas desagradables como secreciones vaginales de consistencia similar al requesón con mal olor, así como picor y ardor en la parte baja del abdomen. Para el tratamiento se utilizan medicamentos antifúngicos locales, que son seleccionados por el médico tratante. Una característica importante de la terapia es la necesidad de completar todo el curso de tratamiento, ya que la candidiasis puede convertirse en una forma crónica.
La diabetes gestacional se desarrolla debido a una alteración en la sensibilidad del cuerpo de la mujer a la insulina. Con una terapia adecuada, no representa una amenaza para el bebé ni para la madre. Si no se controla el nivel de glucosa, el peso del feto y de la embarazada aumenta rápidamente, lo que lleva a un trastorno del metabolismo. Los primeros signos de la diabetes gestacional son sed excesiva y micción frecuente. Si se presentan estos síntomas, se debe consultar con un ginecólogo o un médico general.
Cistitis y pielonefritis. La afectación de la mucosa de la vejiga y del complejo pielocalicial de los riñones se desarrolla debido a una alteración en el flujo de orina. Esto está relacionado con la presión del útero agrandado sobre los órganos del sistema urinario. Esto crea condiciones favorables para la proliferación de bacterias, que causan cambios inflamatorios. Las enfermedades se caracterizan por dolor en la parte inferior del abdomen o en la zona lumbar, micción frecuente y aumento de la temperatura corporal. Para el tratamiento se utilizan antibióticos, que el médico tratante selecciona en base a las indicaciones y contraindicaciones existentes.
Dolores lumbares. La causa principal es la carga aumentada sobre la columna vertebral, relacionada con el desplazamiento del centro de gravedad del cuerpo hacia adelante y el aumento de peso. Las sensaciones dolorosas son máximas por la tarde y después de la actividad física. No se requiere un tratamiento especial, ya que después del parto la causa desaparece.
Las varices en las piernas se desarrollan en el segundo o tercer trimestre del embarazo. El tono de las venas se ve afectado debido al desequilibrio hormonal y al aumento del volumen de sangre circulante. Los vasos venosos en las extremidades inferiores se vuelven más prominentes y aparecen arañas vasculares. Para prevenir y tratar la enfermedad varicosa, basta con utilizar medias elásticas especiales que mejoran el flujo sanguíneo de las venas de las piernas.

Lista de verificación

  1. Si sientes molestias o tienes cualquier duda, consulta con tu obstetra-ginecólogo.
  2. Sigue los principios de una alimentación racional, evitando la comida rápida, los alimentos fritos, ahumados y salados.
  3. Normaliza tu horario de sueño y vigilia. El sueño nocturno debe durar al menos 8 horas.
  4. Asiste a clases de gimnasia y masaje para embarazadas.
  5. Durante el día, usa medias o ropa de compresión. Un médico o un especialista en una tienda ortopédica te ayudará a elegir el nivel de compresión necesario.
  6. Utiliza productos tópicos contra las estrías que mejoren el estado de la piel.
  7. Realiza ejercicios de respiración que aumenten el nivel de oxígeno en la sangre y te permitan prepararte para el parto.
  8. Para prevenir la hinchazón, además de la ropa de compresión, se recomienda elevar las piernas por encima del nivel del abdomen durante 10-15 minutos varias veces al día.

¿Cómo se ve un bebé de 26 semanas?

¿Con qué frecuencia debe patear un bebé a las 26 semanas?

¿Por qué me siento tan cansada a las 26 semanas de embarazo?

¿Cómo detener las contracciones a las 26 semanas?

25 semanas 27 semanas